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domingo, 3 de abril de 2016

Night Owls, de Jenn Bennett



Sinopsis: 
Jack es atractivo,encantador, de clase social alta, amante de lo vintage y del budismo. Y posiblemente sea uno de los artistas callejeros más buscados por la policía de la ciudad.
Beatrix es una chica con perfil bajo, una apasionada de la anatomía humana que le encanta dibujar cadáveres. Viene de una familia de clase
media, y sabe que tiene que luchar por lo que quiere, ya que nadie le regalará nada.

¿Tienen algo en común? Sí, su amor por el arte.



Voy a comenzar por el final de este libro, por la carta que la autora añade como apéndice de la historia de Bex y Jack. El arte es algo que necesitamos como seres humanos, no hay de otra. Crear es una forma de reafirmarnos en el mundo y entender un poquito nuestra existencia, lo que hacemos y hacia dónde vamos. Bueno, no lo dijo así pero esta es la manera en que yo lo entiendo. Necesitamos expresarnos porque la comunicación es inherente al ser humano, desde los tiempos en que se paseaba con su propio pie hasta la época en que le es imposible dar un paso sin el móvil. Al igual que Bennett, nací en una familia donde casi todos hacen algo de arte y a veces (muchas veces) me siento como la oveja disfuncional que sólo sabe leer.
Sin embargo, hoy ese súper poder menospreciado me llevó a conocer Night Owls,a escribir una reseña con todo el sentimiento y a perderla por obra de mi mal uso de blogger. Así que si, esta es la segunda vez que escribo esta reseña porque quizás tenía que replantear algunos de las cosas que escribí anteriormente, así pasa. Quizás sólo estoy tratando de consolarme para no sentirme menos torpe, será. Me gustó este libro porque habla de algo que logra romper las barreras sociales entre los humanos: la necesidad de crear.

Bex y Jack son dos personas totalmente diferentes que una buena noche se encuentran viajando en el autobús nocturno. Desde que se miran algo hace clic entre ellos y sus destinos quedan entrelazados. Ella está buscando una beca para ser ilustradora anatómica y para ello debe ganar un concurso de dibujo. Él expone su arte en las mejores marquesinas de San Francisco y sólo se vale de una lata de aerosol dorado y mucha habilidad para escapar de la policía. A través de las pistas que uno y otro se dejan, vuelven a juntarse para sortear las pruebas que la vida les ponga. Ambos tienen familias conflictivas (en diferentes puntos) y quieren forjarse una vida a través del trabajo de sus manos. Ella es toda técnica y meticulosidad, él es todo corazón y sentimientos, lo que los une es saber que ambos están gritando libertad en cada una de sus obras.

La descripción del arte de cada uno de ellos te transmite también sus emociones y hubiese deseado conocer la historia también desde la perspectiva de Jack puesto que el libro es narrado por Bex. La historia está llena de símbolos: la pintura dorada de Jack, la noche, los dibujos anatómicos, los mensajes de los graffitis. Un libro que se lee por las palabras y por sus elementos. No es casualidad que este par se encuentre en el momento en que dicen, los artistas se sienten más inspirados. Y hablando de encuentros, tuve un conflicto con su instant love hasta que me di cuenta de que no se hablaba de amor sino de curiosidad. Ambos, como artistas, sienten la necesidad de conocer y entender, por eso Bex reproduce el cuerpo humano en sus dibujos y Jack plasma sus ideas en graffitis. Lo que pasa con ellos es que esa chispa que surge de dos seres atraídos por la misma inquietud los mueve a conocerse. 

Tienen hambre de conocer (en un principio), no amor. Una vez leí que los celos resultan de no poder entender el mundo interior de la persona amada. Pasa que queremos apropiarnos de su forma de ver pero no queremos que alguien más lo haga y de ahí nace el celo. Creo que Bex quiere conocer el mundo de Jack como él el de ella. Imagina, una chica linda en el autobús nocturno ¿fuera de lugar, no? Entonces te provoca curiosidad saber quién es, qué hace, a dónde va. Igualmente Bex quiere conocer a través de él la vida que le parece ajena, las calles, el vandalismo. Pero entre que se conocen y entienden, existe un mundo que sigue girando a pesar de ellos y que seguirá marcando las diferencias. Cada uno tiene sus propios poblemas en casa, sus sueños que alcanzar y parece que todo esto no hace más que separarlos. Ella ve la realidad y la hace arte, él viene de la realidad más dura y saca piezas de arte de donde se pensaría que no saldría nada bueno.


Night Owls nos recuerda que en cada uno de nosotros habita una semilla creativa esperando ser cultivada y que todos necesitamos reconocer que estamos vivos y debemos sentirnos así. Aunado a esto, Jenn Bennet nos llena de una historia ágil que no se vale de la fantasía para agitarnos el corazón ni busca el drama donde ya lo hay. La protagonista se ve rodeada de personajes que invitan a crearles una historia propia pero que por ahora, dejan hablar a Bex. Nos hace pensar que en alguna parte del mundo hay un autobús nocturno esperando por nosotros. La belleza de esta historia, de la prosa, se ve complementada con una edición que está al nivel del arte de nuestros personajes. Podemos ver la ciudad, los graffitis, un autobús que avanza a pie de página. Una invitación a tomar riesgos que nos hagan respirar de nuevo.



Gracias a V&R Editoras por el ejemplar para lectura.

Night Owls (The anatomical shape of a heart)
Jenn Bennett (2015)
Trad. Juana Bueno. V&R Editoras (2016)
México.
Tapa Blanda sin solapas. 400 pp.

ISBN: 9789877470239

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